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Al finalizar el artículo comentaba que no me pidiesen el Whatsapp ya que por aquel entonces no tenía dispositivo alguno que me permitiese su uso, de hecho mi teléfono sigue siendo uno que hace honor a su propósito, sirve para llamar y recibir llamadas por no hacer no hace ni fotos.
El caso es que al escribir las últimas letras de ese mi primer artículo, reconozco que el gusanillo de la envidia me invadía, no tanto por la aplicación en sí, sino por ese atractivo misterioso que poseía el hecho de que todo el mundo a mi alrededor a su vez se sentía magnetizado por el invento en cuestión.
No se si por casualidad o por aburrimiento de ver, que a pesar de decirme a mí mismo, que tampoco era algo del otro jueves mientras miraba de reojo a los poseedores del misterioso tesoro de los móviles del momento, este año en el zapato me dejaron un paquetito en forma de Tablet.
La sorpresa fué mayúscula y por supuesto el aparatito abría un mundo de posibilidades que hasta el momento a mi parte investigadora, le habían sido vetadas. Así que con total inocencia después de abrir el paquete pregunté. ¿Donde esta el manual de la Tablet?.
Las carcajadas de los que se encontraban a mi lado en ese instante, creo que sonaron allende Pirineos y a coro dijeron: ¡No tiene!. Asi que tenía delante un aparato sin instrucciones, con posibilidad de usar aplicaciones, conexión a redes sociales, correo y youtube. Mi Sagitario se revolvía de gusto en mi interior, ¡un reto y un mundo por explorar!.
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Inicié, por tanto la tarea de domesticar a ese cachivache tecnológico y despues de un rato de mira por aquí y toca por allá le conecte a la wifi. Tenía la puerta abierta a Internet y por tanto estaba en disposición de iniciar el viaje en pos de mi gran pieza, el WhatsApp.
La descarga se hace directamente desde la pagina de whatsapp para dispositivos android, donde especifica que no soporta dispositivos tablet, pero como estaba de experimentación no dude en iniciar el proceso de instalación. El proceso en sí no plantea problemas, una vez descargado el instalador ejecutas el mismo y despues de los consabidos siguientes te pide el numero de movil para enviarte el codigo de activacion. Una vez recibido el whatsapp estaba activo en la tablet.
Ahora venía lo práctico del asunto, tendría que saber como se buscaban los contactos con los que “whatsappear” y claro, que yo supiese nadie tenía en sus tarjetas de visita mi whatsapp es tal o cual, por otro lado aquí no habia una SIM donde estaban los contactos asi que de algún modo debería de decírselo, pero ¿Cómo?.
Al abrir el whatsapp me encontré con que ya tenía algunos contactos disponibles para el “whatsappeo” que casualmente tenía en mi libreta de contactos del gmail y como al activar la tablet habia dado mi cuenta de correo, pues, blanco y en botella, ¡Whatsapp se alimentaba de los contactos del Gmail!.
El resto ya fue pura rutina, añadir los teléfonos con el prefijo del país a los contactos y empezaron a aparecer como setas en la lista de Whatsapp.
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Ahora la tablet tiene su sitio en la maleta cuando salgo de viaje, tiene activas las aplicaciones para redes, algun lector de libros y cuando viajo, tanto en las estaciones de tren como hoteles me dedico cual gambusino a buscar zonas wifi para poder conectarme a la red, que si bien están abiertas no son gratuitas ya que te redirigen a páginas de prepago, donde debes de introducir los datos correspondientes para poder tener acceso a la red de redes.
Ultimamente al preparar el equipaje, siempre me termina aflorando una sonrisa, parte de ella va llena de cargadores de los diferentes cachivaches tecnologicos que me acompañan y segun la voy preparando recuerdo cierto articulo que sobre maletas, viajes y chachivaches electronicos escribio Pilar Perez Baz, entre otras cosas por que al final esos cachivaches, sin quererlo o quizas queriendolo aunque no lo admitamos, nos acompañan y terminan siendo un elemento mas a incorporar en nuestras vidas y que han ido adquiriendo la misma importancia que los demas elementos que usamos a diario.
Y sobre la importancia que damos a esos elementos y la influencia social que ellos adquieren en nuestro comportamiento diario, podríamos hablar largo y tendido, pero eso formará parte de un nuevo artículo en el blog, hasta entonces sigo explorando las posibilidades móviles y “whatsappeando” por la vida, aunque no os confundais, por que realmente sigo siendo un usuario de las redes sociales.